miércoles, 24 de junio de 2009

Street Sweeper Social Club, una apuesta segura


Todos los proyectos en los que se han involucrado los miembros de Rage Against the Machine tras su ruptura, han venido marcados por el estigma de la comparación con la banda que les hizo famosos. Le pasó a Audioslave, le pasó a One Day as a Lion e incluso a The Nightwatchman, y Street Sweeper Social Club no ha sido la excepción a la regla.

Pero el socorrido dicho de que las comparaciones son odiosas se hace ahora más válido que nunca, cuando lo más apropiado es olvidarse del cuarteto de rock que hizo arder los 90 para disfrutar de este recién llegado álbum. El nuevo trabajo de Tom Morello se basa en los mismos principios musicales que popularizó Rage Against the Machine, pero junto a Boots Riley, les aporta una identidad propia.

El álbum cumple exactamente con lo que esperábamos de él: el guitarrista aporta una base de pura fuerza, sobre la que el rapero da rienda suelta a sus rimas en una sucesión de temas directos, vibrantes y muy adictivos.

Los cortes que ya conocíamos desde hace semanas por haber sido incluidos en el EP NIN|JA 2009 se sitúan en la primera mitad del tracklist, y nos gustan tanto ahora como la primera vez que los escuchamos: ‘The Oath’, ‘Clap for the Killers’ y, sobre todo, la apertura ‘Fight! Smash! Win!‘, son grandes canciones.

Morello es Morello, así de sencillo. Su nombre impreso en los créditos de cualquier disco ya es una garantía, y aunque es cierto que en este recién llegado álbum no se esfuerza demasiado en sacarle a su guitarra esos sonidos imposibles que sólo él sabe cómo hacer, centrándose en riffs y solos bastante elementales, su innegable maestría con este instrumento es el hilo conductor de Street Sweeper Social Club.
Riley, por su parte, no es De La Rocha. Dicho así puede sonar tonto, pero hay mucha gente que parece no saberlo, o quizás sencillamente que es traicionada por su deseo de que así fuera. Su trabajo en cualquier caso es intachable, y no dejar ser curioso que cuando más resalte sea precisamente en los temas más alejados de Rage Against the Machine, como la excelente ‘Promenade’.

Pero ante todo, de este proyecto me quedo con lo que se disfruta escuchando el disco, compuesto por canciones que tienen identidad propia más allá de bandas pasadas, y que van directas al grando, sabiendo ser marchosas o rabiosas según lo que toque en cada momento. Sí, también me queda el regusto de saber que podrían haber dado bastante más de sí de habérselo propuesto, pero no sirve de nada lamentarse ahora por eso. ¡Disfrutar de él es lo que vale!

No hay comentarios:

Publicar un comentario