miércoles, 15 de julio de 2009

Brüno, otra obra genial de Sacha Baron Cohen


Que Sacha Baron Cohen es un genio de la comedia es algo que absolutamente nadie puede (ni debe) negar. Apasionado de su trabajo hasta el punto de convertirse sistemáticamente en cada uno de sus personajes incluso en las entrevistas de promoción, a las que acude rodeado de un equipo de guionistas que le ayudan con los chascarrillos, Baron Cohen puede convertirse en lo que quiera: desde el rapero chungo Ali G hasta el reportero kazajo Borat, pasando por el periodista homosexual Brüno, un austriaco emperrado en convertirse en un famoso de tres al cuarto. ‘Brüno’ es, por tanto, la nueva gamberrada de Sacha, que esta vez pone su atención en el mundo de la moda y las celebrities. Y claro, le sale divinamente, porque ahí hay bien de tela que cortar.


Basándose en su filosofía del falso documental, en la que el espectador se pierde y se lo cree todo a partes iguales, ‘Brüno’ se convierte en la película de esta temporada veraniega. Fundamentalmente porque, además de las bromas bestias que puede llegar a hacer y de lo repulsivo que resulta el personaje protagonista de primeras, al final no sabes qué es peor: si la gente que le rodea o él mismo. De todos modos, lo grande de Sacha Baron Cohen es su capacidad para hacernos creer que lo que sea que estamos viendo, ocurre en la realidad. Porque no ocurre, ¿verdad? ¿O sí? Es decir, ¿este señor se alista realmente en el ejército y aparece el primer día con un cinturón de Dolce & Gabbana y con un fular? ¿De verdad pregunta a algunos padres que llevan a sus bebés a un casting si les importa que sus pequeñuelos jugueteen con tubos llenos de ácido y ellos le dicen que les da igual? ¿No ha denunciado el senador republicano a Sacha Baron Cohen por intentar seducirle en una entrevista -y grabarlo con una supuesta cámara oculta- para luego meterlo en una película? Las respuestas parecen del todo evidentes, y si uno lo piensa un poco, sabe que está preparado, pero en algunos tramos de la película, te lo empiezas a plantear. ¿Qué hay de los sacerdotes que convierten a los gays en heteros? ¿Is that real life o están conpinchados, como se supo después con lo de Eminem? ¿Qué hay del tema del desfile de Ágatha Ruiz de la Prada, que salió en todos los periódicos? ¿Era ella cómplice?

El filme tiene muchos momentos memorables, y las bromas están realmente bien pensadas e introducidas en el momento justo para que explotes de risa. E incluso el personaje, a quien en un primer momento desprecias por su forma de ser, su altivez y su superficialidad, te termina cayendo hasta simpático. Y es ahí donde ‘Brüno’ acierta de pleno: pese a los muchos que aseveran que esta película es homófoba, que el cómico se ha basado en los estereotipos más horrendos del mundo gay y que los ha explotado hasta el extremo, deberían darse cuenta de lo que es estar frente a una sala llena de heterosexuales que, al final, terminan cogiendo cariño al mariquita con pluma y que, en la última escena -muy agresiva- están de parte de Brüno en lugar de estar de parte de los animales que le rodean. Además, nos declaramos totalmente fans de empezar a pronunciar todo con terminaciones alemanas. Un filmitz muy interesantich.

Ahora eso si, el que pueda que la vea subtitulada porque en español da mucha pena. Siempre fiel de versión original.

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